Augusta, el futuro se detiene: Welcome a Jurassic GolfWorld.

Llevar un teléfono móvil en Augusta es como ser un emisario del diablo. Incluso para los periodistas. El público en general debe dejar su móvil, tableta, Smart watch, cualquier dispositivo electrónico a la entrada de Augusta National.

 

Cada demoníaco aparato es clasificado, enfundado y guardado en un casillero que se recoge a la salida (para aquellos que se han olvidado dejar todos esos inventos del diablo en casa o en el hotel).

 

En este punto los periodistas nos igualamos al resto de los mortales, ya que aunque sí podemos llevar nuestro teléfono móvil, ordenador, tableta, cámara de fotos, etc estos dispositivos NO pueden salir de la sala de prensa. Es más: está “estrictamente prohibido” que salgan de tu mesa o tu espacio asignado en la sala de prensa. “Estrictamente” prohibido usarlos en la sala de entrevistas (ya se encargan ellos de hacer alguna que otra foto y ponerla a nuestra disposición); y “prohibidísimo”  en el porche de entrada, entre el parking y el edificio de entrada. En definitiva: entrar en Augusta es volver a la edad media digital, y quedarte totalmente incomunicado.

 

 

Como periodista, siempre podemos volver a prensa para comunicar con tu casa, con tu jefe o con tus amigos, pero ¿Qué, con el público? Pues allí, donde el mundo desprecia las cabinas, Augusta las adora, las cuida y las mantiene vivas para que el “patrons” puedan comunicarse. Y hay bastante cola. Son gratuitas, tanto llamadas locales como “long distance”. Todo un detalle.

 

Me gustaría poder mostraros cómo son, pero también este año nos han prohibido hacer fotos a los periodistas si son para usar para las redes sociales. El público en general tiene permitido hacer fotos, como cámaras personales, hasta el miércoles, con la competición de Pares 3.

 

Igual que nosotros si es para nuestro uso personal.  A partir de ese momento, la tecnología desaparece del campo, sólo los Patronos y los pocos privilegiados con entrada seguirán los cuatro días de torneo. Entraremos en Jurasic GolfWorld.

 

 

Hay cosas que no cambian en Augusta, y es el “asalto” a las tiendas. Compras convulsivas como si no hubiera un mañana o como si estuviéramos a las puertas otra pandemia o el fin del mundo.

 

Aquí no se agota el papel higiénico ni el aceite de girasol. 8 polos (a 54 dólares el más barato), 5 toallas (a 32 dólares) , bolsas de playa (a 35 dólares, 10  banderas (25 dólares cada una la clásica bandera amarilla), tazas conmemorativas como para dar de beber a un regimiento (desde 15 dólares la unidad), marcabolas para toda un vida (desde 10 dólares)…. Y así hasta el infinito y más allá. Se te llenan los ojos de dólares como al Tío Gilito. Y eso que me he ido fijando en lo más barato….

 

Así son las reglas de Augusta, y así se las hemos contado