Un buen mantenimiento de la masa vegetal de un campo de golf evita accidentes.
El cuidado intenso y continuado de la masa vegetal en altura de los campos de golf evita multitud de accidentes a lo largo del año.
La masa vegetal de los campos de golf es vida en estado puro. Muchas veces no lo vemos pero en todos los campos de golf una parte del mantenimiento del mismo tiene que ver con la conservación y saneamiento de la flora del mismo. Y dentro de esta flora una parte muy importante del tiempo se lo lleva el cuidado de las especies en altura, como pueden ser los árboles, palmeras, etc.
La poda y saneamiento de ramas es imprescindible por tres razones. Una porque así se conserva mejor y más sana la planta, dos porque así luce más bella y tres y no menos importante porque así se evita que caigan al suelo y puedan dañar a los jugadores y trabajadores que por allí transiten y puedan causar daños a los mismos.
Como ya contábamos en este artículo de la tala del árbol más emblemático del hoyo 17 del Real Club de Golf de Tenerife, a veces se caen o hay que talar árboles que están en mal estado o a punto de caerse y producir daños personales y/o materiales. La Asociación Española de Greenkeepers siempre recalca la importancia de cuándo, cómo y en qué plazos hacer estos mantenimientos.
Parece baladí la cuestión pero en Europa se calcula que un 15% de los accidentes que se producen en un campo de golf está motivado por problemas de masa vegetal como la caída de ramas por falta de un buen mantenimiento. Un 5% de ellos producen lesiones de graves a muy graves pudiéndose evitar la mayoría con un buen plan de saneamiento de las especies en altura.
Hace muy pocas semanas un árbol de grandes dimensiones caía al suelo en el lateral izquierdo del hoyo 3 del Real Club de Golf de Tenerife. Afortunadamente lo hizo de madrugada no ocasionando daños personales pero sí materiales. Este árbol arrastró a otro más pequeño que estaba a su derecha haciendo que ambos terminaran en el suelo llevándose por delante la valla perímetro del campo.
Una parte de ellos acabó en la carretera exterior que bordea el hoyo, no alcanzando a ningún vehículo por suerte y sin obstaculizar el paso por la zona.
Como es habitual en estos casos, se procedió a activar el protocolo de retirada de árboles caídos y de inmediato se cerró el hoyo. El Greenkeeper y los jardineros en pocas horas fueron capaces de retirar todo, arreglar la valla y limpiar la zona, por lo que muchos jugadores habituales del campo ni se dieron cuenta de que faltaban dos árboles en ese hoyo.
Estos árboles estaban situados en una zona muy transitada porque es el paso natural hacia el green del hoyo y por allí justamente pasa el camino asfaltado para los buggies.
Cayó por causas naturales, posiblemente por estar enfermo en su interior porque exteriormente parecía sano, pero la pregunta que a todos se nos vino a la cabeza fue, ¿qué hubiese pasado si cae de día y con jugadores o trabajadores por la zona? Podríamos estar hablando de una verdadera tragedia.
De ahí la importancia de lo que hablábamos al inicio del artículo: el correcto mantenimiento de la masa vegetal de altura evita la mayoría de los accidentes.
Así que cuando en un campo de golf veamos que un hoyo está cerrado por mantenimiento o que se modifica su recorrido de forma parcial porque están trabajando en los árboles o palmeras que lo delimitan, no nos enfademos ni nos sintamos molestos y dejemos trabajar y agradezcamos esa labor, porque sin ese trabajo nuestra seguridad se vería comprometida. Si ese día jugamos 17 hoyos en vez de 18 no pasa nada.
En este caso gracias a Xavi Magnee Greenkeeper del Real Club de Golf de Tenerife y todo su equipo y a todos los Greenkeepers y equipos de todos los campos del mundo por velar por la seguridad de todos los jugadores.
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