También llamado diálogo interno influye en cómo piensas, y puede cambiar tus creencias, hábitos y comportamientos.

Por Francisco González, Entrenador de Golf de la WGTF – World Golf Teachers Federation y Mental Coach del Golf Psychology Coaching Certificate de la National Training Academy – European PGA.

El autohabla o diálogo interno no solo puede influir en cómo piensas (evita la negatividad), cómo te sientes (evita el miedo o las dudas) o cómo te comportas (evita el desánimo y hace que te esfuerces más) en un momento dado, sino que puede cambiar tus creencias, tus hábitos y comportamientos a largo plazo.

Para poder entender la naturaleza del autohabla o del diálogo interno necesitamos entender cómo funciona la mente, especialmente cómo funciona el subconsciente.

En la mente subconsciente es en donde se almacenan los recuerdos, es en donde se desencadenan las emociones, sentimientos y comportamientos ante diferentes situaciones y acontecimientos, pero también es el lugar en donde ubicamos nuestras creencias y especialmente, en el ámbito deportivo, aquello que creemos que somos capaces de hacer o aquello que no creemos poder hacer.

La mente subconsciente siempre está funcionando en modo “lucha o huye” tratando de predecir el peligro o dándonos seguridad en función de los recuerdos de nuestro pasado y de nuestras creencias.

Puede paralizarnos (en forma de miedo y dudas) o darnos vía libre para actuar y seguir progresando, pero, y esto es lo más fascinante de la mente subconsciente, no solo se nutre de nuestras propias experiencias sino que se alimenta también de todo aquello que nos decimos a nosotros mismos (autohabla o diálogo interno) y de todo aquello que somos capaces de imaginar como si fuera la propia realidad (visualización).

Diálogo interno y rendimiento deportivo en el golf.

El rendimiento deportivo no es aleatorio o circunstancial, está íntimamente relacionado tanto con los pensamientos, las expectativas y el diálogo interno, como con la preparación física, mental y técnica.

Tal como los golfistas regularmente entrenan a su cuerpo para ejecutar habilidades precisas o a mantener cierta forma corporal, también necesitan entrenar la mente para tener ciertos pensamientos específicos y a enfocarse en cosas específicas.

Las investigaciones psicológicas deportivas han encontrado que los golfistas de elite usan el diálogo interno como una estrategia motivacional, para incrementar la capacidad de adquirir nuevas habilidades, controlar el foco de su atención, mejorar la autoconfianza y controlar las emociones, pues todos estos factores tienen una profunda influencia sobre el rendimiento golfístico.

El tipo de diálogo interno generado por el golfista determinará en gran manera si facilita o entorpece su desempeño. Estudios que han examinado los efectos del diálogo interno positivo, negativo y neutral en el desempeño indican que los participantes del grupo que demostraba diálogo interno positivo estaban por encima de los grupos de diálogo interno negativo y neutral. Adicionalmente, los investigadores también han descubierto que el diálogo interno negativo está vinculado a la disminución de la calidad del desempeño.

Diálogo interno y pensamientos.

Podemos afirmar que el diálogo interno y los pensamientos no son lo mismo pero sí podemos decir que están íntimamente relacionados.

Aunque no tenemos control sobre los pensamientos que surgen en nuestra mente, sí que a través de la conciencia plena tenemos la capacidad de elegir cuáles de esos pensamientos podemos convertir en sentimientos, emociones y comportamientos que favorezcan tanto a nuestro desempeño deportivo como a nuestra vida en general, pero -además- siendo conscientes, podemos convertir los pensamientos en diálogo interno. Cuando verbalizas pensamientos o sentimientos ya sea en silencio (internamente) o en voz alta (externamente) estás modelando tu forma de ser y comportarte.

Diálogo interno: atención y concentración.

Es muy frecuente que el golfista dirija sus pensamientos hacia el pasado o hacia el futuro y que convierta esos pensamientos en un diálogo interno negativo. Veamos algunos ejemplos:
“La última vez que jugué aquí jugué muy mal” Pasado
“No puedo fallar el próximo putt” Futuro

No aceptar los golpes, ocurra lo que ocurra, y no dejar ir los errores o el mal desempeño lleva a los pensamientos y a la concentración lejos del presente.

De lo único que un jugador tiene control es del ahora y es ahí, y solo ahí, en dónde deben estar sus pensamientos. Cuando el golfista está inmerso en el presente el mejor diálogo interno se expresa a través de autopreguntas positivas como pudieran ser las siguientes:
¿Qué tengo que hacer ahora?
¿Cómo puedo hacer un buen golpe aquí?
¿Dónde tengo que poner la bola?

3 errores a evitar en el diálogo interno.

El diálogo interno debe dirigirse a todos aquellos aspectos sobre los que el jugador tiene control. Cuando se aparta de esta premisa la consecuencia es una pérdida de confianza, un mal desempeño, el descontrol y acumular un error detrás de otro. Los errores más comunes son:
a. Enfocarse en sus debilidades o fallos durante el juego o la competición.
b. Enfocarse solo en los resultados o en los desenlaces de sus golpes.
c. Enfocarse en factores fuera de su control: el viento, la lluvia, el juego lento, la dureza o lentitud de los greenes, etc.

En general es necesario que nuestro diálogo interno se fundamente en hacer enunciados alentadores, instructivos y positivos que pongan el foco en nuestras habilidades y fortalezas, pues debemos ser muy conscientes de que el diálogo interno afecta a determinados aspectos que tienen una influencia decisiva en nuestro rendimiento deportivo, como son:

5 aspectos sobre los que influye el autohabla.

• La Motivación
• La Autoconfianza
• La Concentración
• Los Niveles de activación
• El Control de las emociones

En FG Golf Mental Coaching puede aprender todos los contenidos de cada fase de la rutina ISPVEA y disponer de una secuencia de pensamientos cuyo éxito se ha demostrado en jugadores como Justin Rose, Jason Day, Michelle Wie o Jani Tseng, entre otros jugadores y jugadoras del Tour.

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Foto: Jacobo Pastor.