El resurgir de Rafa Cabrera-Bello: un golpe de confianza en el Amgen Irish Open

A sus 41 años, el canario volvió a brillar con un golf elegante y un hoyo en uno que encendió los aplausos en Irlanda

En el siempre exigente escenario del Amgen Irish Open, donde Rory McIlroy se llevó la gloria con una victoria ante su público, hubo otra historia que también mereció titulares: la de Rafa Cabrera Bello. El grancanario firmó una semana memorable con un acumulado de -15, coronada con un espectacular hoyo en uno que arrancó ovaciones y devolvió a los aficionados ese recuerdo nítido de la calidad que siempre lo ha acompañado.

La verdad es que a sus 41 años, Rafa vive una etapa distinta, quizá más serena, pero con el hambre intacto. Atrás quedaron los días en los que era un fijo en la parte alta del DP World Tour y protagonista en los grandes campeonatos. En los últimos tiempos su lucha ha sido más silenciosa: conservar la tarjeta, recuperar la confianza, reencontrarse con su mejor versión. Y es que el golf, a veces, exige mucho más de lo que devuelve.

Una semana para volver a creer

Desde la primera vuelta se notó que algo había cambiado. Cabrera Bello mostró solidez desde el tee, precisión en los hierros y, lo más importante, un putt que esta vez sí quiso colaborar. Ese hoyo en uno fue más que un golpe perfecto: fue un símbolo de recompensa, un recordatorio de que la perseverancia acaba teniendo premio.

El resultado final, un top 10 de enorme valor competitivo que  confirma que Rafa no solo compitió contra algunos de los mejores, sino que lo hizo con la elegancia y serenidad que siempre han definido su estilo. Para él, esta semana no fue solo sumar posiciones en la tabla; fue reencontrarse con el placer de sentirse protagonista.

Una carrera con páginas por escribir

No conviene olvidarlo: Cabrera Bello ha sido uno de los grandes nombres del golf español en los últimos quince años. Miembro del equipo europeo en la Ryder Cup de 2016, ganador del Open de Escocia y del Dubai Desert Classic, con múltiples top 10 en el PGA Tour, su trayectoria tiene un peso que no se borra fácilmente.

Es cierto que el golf europeo vive un cambio de ciclo, con nuevos talentos como los gemelos Højgaard o el español David Puig, que han acaparado reflectores en los últimos meses. Pero el golf tiene memoria, y cuando un jugador con la clase de Rafa vuelve a encontrar sensaciones, el circuito lo nota.

Mirando hacia adelante

Con esta actuación en Irlanda, Cabrera Bello no solo gana oxígeno en su lucha por mantener estatus en el DP World Tour; también envía un mensaje claro: sigue teniendo nivel para competir arriba. Si logra encadenar varias semanas con esta solidez, no sería descabellado verlo peleando de nuevo en grandes citas, o incluso ejerciendo de referente para los más jóvenes en futuras competiciones por equipos.

Al final, su historia habla de constancia, de paciencia y de fe en uno mismo. Porque en un deporte tan cruel con los bajones de confianza, mantenerse en pie es casi una victoria.

Y lo que demostró en Irlanda es precisamente eso: que Rafa Cabrera Bello todavía no ha dicho su última palabra. Si sigue en esta línea, las ovaciones volverán a acompañarlo muchas más veces.

Al final, lo que sucedió en K Club,  fue mucho más que un top 10. Fue un recordatorio de que el talento nunca se extingue del todo, de que las manos que alguna vez acariciaron la Ryder Cup aún guardan magia.

Rafa Cabrera Bello, con su serenidad característica y esa forma elegante de caminar los fairways, dejó claro que todavía tiene mucho que decir. En un circuito que parece mirar siempre hacia lo nuevo, su resurgir fue como una brisa fresca que recuerda la importancia de la experiencia, la paciencia y la fe en el propio juego.

El golf, ya se sabe, es un deporte de segundas oportunidades. Y cuando el destino concede una de ellas, se convierte en una invitación a soñar de nuevo. Quizá esta semana en el Irish Open sea el inicio de un nuevo capítulo, uno en el que Rafa vuelva a encontrar esa regularidad que lo mantuvo entre los mejores del mundo.

Porque mientras siga golpeando con la misma pasión con la que lo hizo en Irlanda, habrá motivos para creer. Y quién sabe… tal vez el mejor golpe de Cabrera Bello aún esté por llegar.