Los errores al practicar que cometen los/las golfistas.

Foto Golfmentalcoaching.com

Por Francisco González, Entrenador de Golf de la WGTF – World Golf Teachers Federation y Mental Coach del Golf Psychology Coaching Certificate de la National Training Academy – European PGA.

Hay una pregunta que la gran mayoría de los/as golfistas se hace reiteradamente ¿porqué no juego en el campo como cuando entreno en el campo de prácticas? y la respuesta es bastante simple y sencilla: porque el campo de prácticas no tiene nada que ver con el campo de juego.

Para empezar, en los demás deportes se entrena en la propia cancha de juego, en el golf no. Las condiciones del terreno de práctica no tienen nada que ver con las condiciones del campo de juego. En el campo de prácticas podemos repetir un golpe hasta que acertemos o nos salga bien, en el campo de juego solamente tenemos una oportunidad. En el campo de prácticas estamos relajados, no tenemos nervios porque no hay nada en juego, en el campo la tensión por conseguir un resultado o hacerlo bien es tremenda. En el campo de prácticas podemos tomarnos un respiro y sentarnos a descansar, en el campo de juego la exigencia física del ritmo de juego crea fatiga y cansancio.

Es muy habitual ver a los/as golfistas en el campo de prácticas “gastando” dos o tres cubos de bolas y repitiendo una y otra vez los golpes usando uno o muy pocos palos. Ese tipo de entrenamiento, muy extendido por otra parte, lo que crea es una “ilusión de habilidad” pues en cada golpe el cerebro va haciendo una serie de ajustes visuales y cinestésicos que terminarán por hacer que consigamos el golpe que buscamos, claro que lo que no advertimos es que esos ajustes se harán para las condiciones específicas del propio campo de práctica y del propio momento en que las hagamos, con lo que en otras condiciones, como las del campo, repetir ese golpe será complicado o difícil.

Estos son los tres mayores errores de práctica que cometen los/as golfistas:

1. Pensar que golpear bolas una y otra vez mejora la habilidad.

No haga caso a determinadas creencias. Los músculos no tienen memoria, repetir un movimiento reiterada y machaconamente no hará que ese movimiento sea permanente. La única manera que existe de mejorar las habilidades es desafiar y entrenar al cerebro que es el que crea los cambios en el movimiento. La ciencia ya ha demostrado que la variabilidad es la que crea mejoras en los patrones motores.

2. La práctica mejora la técnica.

Por supuesto que sí, pero ese no es el error. El error está en confundir práctica con rendimiento. En el campo de juego no se pueden repetir los golpes como en el campo de práctica, porque hay que enfrentarse a problemas que deben de resolverse con un solo golpe, si la práctica no se orienta a resolver problemas y desafíos la técnica se estanca.

3. El entrenamiento y la práctica tienen que ser agradables.

Si se trata de pasar un rato y ocupar tranquilamente el tiempo pues adelante, pero si se trata de aumentar las habilidades y el rendimiento, la práctica siempre tiene que ser más difícil y exigente que el juego pues de no ser así no habrá mejoras positivas en unas y otro.

Tiene que convencerse, entrenar al golf y jugar al golf son dos cosas muy distintas. Para que su juego mejore y sus habilidades aumenten tiene que orientar su práctica a simular las condiciones del juego. Tiene que establecer ejercicios de exigencia técnica y de habilidad, Tiene que usar cuantas variables pueda emplear en los golpes porque en el campo no hay alfombrillas ni el suelo está plano.

Para ayudar a la mejora de la práctica de los/as golfistas hace ya algunos unos años que acuñé la idea de que existen tres tipos de práctica en el golf: la práctica de instrucción, la de corrección y la de simulación. El enfoque mental en cada una de ellas difiere sobremanera y sustancialmente.

La práctica de instrucción esencialmente trata del ejercitamiento y aprendizaje de la gesto-forma y de los movimientos que se requieren para hacer los golpes que habrán de moldear el swing. En ella el foco de atención debe ser interno de manera que deberá ser el hemisferio cerebral izquierdo el que con mayor medida se use pues es el más predispuesto para el entrenamiento, el análisis, las secuencias, las repeticiones y los detalles.

La práctica de corrección es muy similar a la de instrucción pero se diferencia de ella en que se trata del aprendizaje de un gesto o movimiento específico o individual que se encontraría integrado dentro del swing o de un golpe. Pensemos por ejemplo en el gesto concreto de bajar por dentro en el downswing. En este caso habría que involucrar a los dos hemisferios cerebrales pues no solo se trataría del aprendizaje sino también del moldeado creativo y visual del gesto en el que el hemisferio derecho es mucho más competente, de manera que el foco de atención tendría que ser tanto interno como externo.

Por último, la práctica de simulación que es aquella que persigue el reproducir las condiciones que se dan en el campo de juego, tratando de que la misma sea lo más parecido a una vuelta real. En este tipo de entrenamiento el foco de atención deberá ser externo buscando un alto grado de concentración, confianza, relajación y motivación.

Existen muchas formas de práctica de simulación, pero las cuestiones esenciales que la configuran son: fijar objetivos reales (del mismo campo de práctica) o imaginarios (simular hoyos de nuestro campo o de otro cualquiera), no repetir ningún golpe al mismo objetivo (como en el campo de juego), realizar las rutinas pre-golpe y post-golpe, usar el mayor número de palos posible, en definitiva, introducir las condiciones y variabilidad del juego.

Con FG Golf Mental Coaching y con FocusBand podrá disponer de Planes de Entrenamiento Mental ajustados a sus necesidades que le ayudarán a mejorar sus prácticas y acceder a un mayor nivel en su juego. Además de aquí en Par4Media, acceda a todos mis artículos a través del Blog de mi web o en Facebook (@FranciscoGlezFdez) e Instagram (@golf_mental_coaching)