Rafa Cabrera-Bello firma un arranque sólido en el Crown Australian Open

El canario, brillante con solo dos bogeys en 36 hoyos, afronta un fin de semana decisivo para cerrar el año con nota

La verdad es que da gusto ver a Rafa Cabrera-Bello así. Sereno, preciso, con ese punto de determinación que tantas veces lo ha llevado a codearse con los mejores del mundo. Tras completar las dos primeras jornadas del Crown Australian Open, el grancanario se planta en el fin de semana con -6, apenas dos bogeys en 36 hoyos, y la sensación de que este torneo puede abrirle una puerta valiosa para la nueva temporada.

Si el jueves Rafa ya había dejado buenas vibraciones con su -2, este viernes fue todavía más convincente: cero errores y cuatro birdies bien construidos en los hoyos 1, 2, 13 y 14, una racha que lo impulsa de lleno hacia un moving day que promete ser de alta tensión. Y es que, en el golf, nunca hay nada escrito… pero cuando alguien juega tan ordenado como él, las expectativas se disparan.

Sería un broche precioso para un año que ya tuvo su momento clave en Irlanda, donde logró recuperar la tarjeta. Desde entonces, se han visto señales evidentes de crecimiento, pequeños destellos que, sumados, apuntan a que Rafa podría volver a escena en los grandes torneos del calendario internacional.

En cuanto a la Armada española, también llegan buenas noticias. Josele Ballester se mantiene muy vivo con -5, mientras que Sebastián García, Rocco Repetto y Quim Vidal avanzan con -1, resistiendo en un campo que no perdona dudas. La nota amarga del día fue la eliminación de David Puig, al que quizá le ha pesado la victoria de la semana pasada.

Arriba, los líderes son el danés Rasmus Neergaard-Petersen y el portugués Daniel Rodrigues, ambos con -9. A un golpe acecha un viejo conocido de todos: el carismático Min Woo Lee, mientras que en la tercera posición aparece un nombre que impone solo con pronunciarlo, Adam Scott, campeón del Masters, con -7.

Con este panorama, el fin de semana en Australia promete emociones fuertes… y Rafa Cabrera-Bello está exactamente donde quería estar: en la pelea.