
Javier de Bethencourt: un bronce que sabe a oro emocional
El joven canario sube al podio en los Premios Princesa de Girona y vuelve a demostrar que su historia trasciende al deporte
Hay días en los que el deporte te pellizca un poco por dentro, y lo que ocurrió ayer en Girona es uno de esos momentos que se quedan grabados. Javier de Bethencourt, ejemplo de coraje y serenidad incluso en los días grises, se colgó el bronce en los Premios Princesa de Girona a los Valores del Deporte, un reconocimiento que, más que un puesto en el podio, es una declaración de admiración hacia su manera de vivir —y entender— el deporte.
El acto, que estuvo presidido por Salvador Illa, presidente de la Generalitat, y por Francisco Belil, presidente de la Fundación Princesa de Girona, se convirtió en una celebración de lo que verdaderamente importa: el esfuerzo constante, la resiliencia y esa actitud que no se entrena en la cancha, sino en la vida diaria. Javier estuvo acompañado por sus padres, Aniví Duque y Juan Luis de Bethencourt, que vivieron con emoción una tarde llena de aplausos sinceros.
Aquí la presentación y discurso de Javier de Bethencourt
En categoría masculina, el oro fue para el nadador extremeño Guillermo Gracia, mientras que la plata recayó en el gimnasta vasco Eneko Lambea. En el cuadro femenino, el talento también brilló con fuerza: Inés Bergua se llevó el oro, la skater Julia Benedetti la plata y la escaladora Iziar Martínez el bronce. Un grupo heterogéneo, sí, pero unido por un hilo invisible: la capacidad de superar obstáculos sin hacer ruido, como quien avanza paso a paso y acaba dejando huella.
Y es que lo de Javier no es casualidad. Su historia ya resonaba desde que fue seleccionado finalista, porque hay trayectorias que te obligan a mirar más allá de la tarjeta de golpes. Lo que transmite —esa mezcla de fortaleza tranquila y disciplina honesta— es lo que lo ha llevado a convertirse en referente para tantos jóvenes, dentro y fuera del golf.
Desde Canarias, su tierra y su hogar deportivo en el Real Club de Golf de Las Palmas, celebramos este bronce como si fuera un eagle imposible en el 18: con orgullo, emoción y la certeza de que esto es solo una parada más en un camino que promete mucho.
Porque algunos premios se entregan en un escenario, pero otros… se ganan cada día.
¡¡ FELICIDADES JAVIER !!
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