
Marco Penge enciende Madrid y apunta al título del Open de España
El inglés firma una espectacular vuelta de 63 golpes para liderar con -16; Ángel Ayora y David Puig se mantienen a la Armada y Cabrera Bello resiste con orgullo en un día complicado.
El sol volvió a brillar sobre el Club de Campo Villa de Madrid, pero esta vez la luz tuvo acento británico. Marco Penge fue el gran protagonista de la tercera jornada del Open de España presented by Madrid, firmando una tarjeta deslumbrante: ocho birdies y un solo bogey para un total de -16, que lo deja a las puertas de su primera gran victoria en suelo español.
Su juego fue una sinfonía de confianza. Desde el primer golpe, Penge se mostró intratable, encontrando calles, atacando banderas y, sobre todo, embocando con una seguridad pasmosa. Solo un tropiezo en el hoyo 3 le impidió cerrar una vuelta perfecta. Mañana saldrá como líder en solitario, con una ventaja cómoda pero no definitiva, y con el peso de saber que tras él acechan dos hombres peligrosos: el suizo Joel Girrbach (-12) y el siempre combativo Patrick Reed (-11), el “Capitán América”, que ha vuelto a mostrar esa mezcla de garra y experiencia que tanto engancha a los aficionados. Ese será, sin duda, el partido estelar del domingo.
En clave española, Ángel Ayora sigue siendo la gran esperanza nacional. El joven jugador no tuvo su día, se le vio incómodo con el putt y algo errático en los hierros, pero logró mantenerse en -8, compartiendo posición con David Puig. Ambos aún guardan opciones de colarse en el top-10 si mañana encuentran el ritmo que les llevó a brillar en las primeras jornadas.
Jon Rahm, por su parte, vivió una montaña rusa de emociones. Arrancó como un vendaval —Eagle, bogey y tres birdies consecutivos—, pero un doble bogey en el 11 y otro golpe perdido en el 16 lo frenaron en seco. Con -4 en el acumulado, su remontada parece ya una misión casi imposible, aunque con Rahm nunca se sabe.
Y Rafa Cabrera Bello, el orgullo canario, también luchó contra el campo y contra sí mismo. Terminó el día con +3, para situarse en -1 total, salvando la jornada con un birdie en el 18, “como si fuera un penalti in extremis”, que arrancó aplausos del público madrileño.
Mañana, el domingo del Open promete emociones fuertes. Las espadas están en alto y Madrid espera un campeón. Y quién sabe… quizá el golf todavía tenga guardado un último giro de guion.
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